Si has vivido siempre en España, probablemente no te has dado cuenta todavía. Sin embargo, si eres extranjero o un español afincado en el extranjero, habrás notado que cuando visitas España hay costumbres muy marcadas:

LA SIESTA

Hacer la siesta es una de ellas y, además, polémica. ¿Todos los españoles hacen la siesta? ¿Es merecida la fama de dormilones de que gozamos? Para mí, la siesta sí es una costumbre española: es cierto que muchos la disfrutamos siempre que tenemos un rato.

Sin embargo, parece que algunos foráneos nos imaginan cerrando todos los comercios y durmiendo la siesta a pierna suelta un martes cualquiera al mediodía. La realidad –aunque el plan suena muy bien– dista de esto: para muchos, la siesta es la cabezadita de media hora que nos podemos permitir en nuestro día de fiesta. Es el pequeño descanso después de una comida copiosa en familia, cuando llega el momento de ver una película en el sofá y nos vamos poniendo cómodos hasta que se nos cierran los ojos “un momentito”. Lo que definitivamente no es la siesta es un hábito diario que nos permite no trabajar por las tardes “porque es una tradición”. Los españoles también se han tenido que adaptar a la vida moderna y hace años que la mayoría no tienen el lujo de hacer una siesta a diario.

LA CULTURA DEL BAR

Yo, que vivo en el extranjero, puedo deciros que una de las costumbres de las que no era consciente que disfrutaba tanto era de ir al bar –la cafetería– a desayunar. Ahora que en mi país de acogida no existe esa tradición, me doy cuenta de lo placentero que resultaba levantarse temprano, prepararse para ir al trabajo y sacar esos diez o quince minutos para tomar un café calentito con un bocadillo de jamón o queso sentada en la misma cafetería de cada día. Me encantaba desayunar con mi madre todas las mañanas, pues el café era la excusa perfecta para ponernos al día y tener una conversación de calidad; o, si estaba ocupada esa mañana, disfrutaba de mi café a solas, en compañía del periódico y de mis quebraderos de cabeza.

Además, el bar también me lleva recuerdos preciosos: me transporta a unas vacaciones en la montaña, en un pueblo pequeño; un bar lleno de jubilados que juegan al mus mientras charlan y toman un café. ¡Qué felicidad más sencilla!

Como si de una estampa costumbrista se tratara, en España, ir al bar es un sinónimo de socializar, hacer amigos, pensar, reflexionar, leer… o ver el fútbol.

EL FÚTBOL, DEPORTE NACIONAL

No hay fútbol sin afición, ni afición sin bar. Para todos los desaforutandos que no tenemos la suerte de vivir cerca del estadio de nuestros equipos favoritos, reunirse en el bar para ver el partido con los amigos es otro de los grandes placeres en España.

Todo el mundo anima a su equipo –porque si eres español, tienes un equipo: el de tu familia o el que tú has elegido más tarde, pero tienes uno seguro. La gente lleva la equipación de su equipo, corea los nombres de los jugadores cuando marcan un gol, inicia cánticos y disfruta de cada minuto del partido, como si los jugadores hubiesen venido al bar y pudieran escucharlos. El fútbol es sinónimo de vida en España: reúne a gente de todas las edades y los pone a disfrutar ante el televisor. Esos 90 minutos de partido, la gente olvida sus problemas y se centra en el deporte y eso, señores, también es magia.

OTRAS COSTUMBRES

Por último, no quisiera terminar sin destacar que estas son tres de las costumbres que me han venido a la mente al querer hablar de España, pero podríamos nombrar muchísimas más. Me vienen a la mente los saludos cariñosos con dos besos en la mejilla, las reuniones familiares y lo importante que es la familia para los españoles, el comer pipas en el parque o el sentarse a tomar el aire en un banco en los pueblos pequeños.

PRÁCTICA DE ESCRITURA: PRUEBA 1 NM (250-400 palabras) / NS (450-600 palabras)

Eres una chica que vive en un país hispanohablante. Estás a punto de cumplir quince años y sueñas con tu quinceañera. Escribe un texto explicando cómo te sientes y imaginando cómo va a ser tu celebración.

Declaración personal / Discurso / Diario personal